El alargador de penes del señor Rajoy

El Partido Popular acaba de confirmar algo que hace más de un año ya habíamos publicado en El Club del Tetraedro: que el líder del PP usa un alargador de penes. Unido a lo dicho por Gabriel Elorriaga hemos inferido que el señor Rajoy llevaba puesto el alargador de penes en el debate del lunes pasado. Si usted siguió dicho debate se habrá percatado de dos aparentes patinazos del señor Rajoy. En el primero acusó a Zapatero de haber agredido a las víctimas. El segundo comenzaba con el ya conocido «yo quiero que esa niña… que nace en España…». Ambos patinazos ni estaban en el guión previsto ni son achacables al señor Rajoy. No fue el bueno de don Mariano. Fue su alargador de penes…

Hace más de un año, como citábamos anteriormente, desvelábamos cómo había sido el traspaso de poder en el partido popular en un encuentro en el que Aznar le dice lo siguiente a Rajoy (numero los párrafos de 1 a 5 para seguir mejor el razonamiento):

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1.- Estoy aquí para darte algo que te pertenece como candidato de nuestro partido. Supongo que habrás oído fabulaciones acerca de un extraño objeto que portan nuestros candidatos y que se esconde en una caja azul. Bien, pues aquí está. Te pertenece. Pero antes, debes tener bien presente el modo de usarlo y recordar que el objeto nos ayuda a lograr victorias electorales. Para ello te recuerdo las claves a seguir. En primer lugar, debes recordar que en este pais sólo hay dos partidos políticos: el partido de ZP y el nuestro. Además, los ciudadanos no cambian jamás el sentido de su voto, no malgastes tiempo intentando convencer a gente que nunca nos votará. Lo importante, pues, sólo son dos cosas.

2.- Por un lado, debemos impedir que los votantes del PSOE voten a su partido. Para ello la estrategia que hemos seguido durante todo este tiempo es la más efectiva: el objetivo es desprestigiar la política. Evidentemente la de ellos, pero también la nuestra. Hablar de corrupción, de ellos o nuestra y conseguir que los ciudadanos piensen que todos los políticos son iguales. Esto nos garantiza que la gente que vota por un ideal deje de hacerlo, lo que significa que el PSOE perderá votos y nosotros apenas estaremos afectados.

3.- Por otro lado, debemos conseguir que nuestros votantes nos voten. Y aquí es donde entra la caja azul. Dentro encontrarás un dispositivo que se ha demostrado eficaz para fidelizar el voto de nuestros simpatizantes. Lo he custodiado este tiempo porque la última vez que fue usado consiguió el efecto deseado pero también otro perverso: hizo que el electorado de nuestro enemigo también acudiera a votar. Por eso perdimos las elecciones, porque los cuidadanos de izquierdas no dejaron de votar. En todo caso lo he reajustado poniendo un tope en su uso para evitar este efecto pernicioso.

4.- Y entonces ocurrió. Aznar abrió la caja azul. Y dentro, un extraño objeto con forma de aro. Con cara de circunstancia y un cierto rubor, el bueno de don Mariano exclamó –si no fuera porque nunca he visto ninguno, diría que este objeto se parece a un alargador de penes.

5.-Tienes bueno ojo, Mariano, eso mismo dije yo la primera vez que lo vi. Y no iba del todo desencaminado porque precisamente ahí es donde se coloca. En realidad es un hemoatractor, un dispositivo que atrae la sangre del cuerpo y la concentra en un solo punto. Su uso es muy sencillo. Toda decisión relevante que debas tomar, hazlo con el hemoatractor colocado sobre tu pene. Se ha demostrado que las decisiones que hemos tomado usándolo son las que han logrado fidelizar a nuestro electorado: divorcio, matrimonios gays, Irak, concepto de Estado, ETA, etc.  Y ese es nuestro objetivo. Exponer a nuestros votantes las decisiones en la manera en la que nuestros votantes la aprecian. Y en esto, repito, este objeto ha resultado ser idóneo.

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Fíjese usted en las negritas de los párrafos 1 y 2 de dicho encuentro. Y compárelo con lo publicado por el Financial Times de lo explicado por Elorriaga (numerado 6 y 7):

6.- El responsable de comunicación del PP le ha dicho al periódico británico que la estrategia del PP «está centrada en los votantes socialistas indecisos«. Elorriaga admite que los populares son conscientes de que esos votantes nunca les van a respaldar en las urnas, así que, dice, «si podemos generar suficientes dudas sobre la economía, la inmigración y los temas nacionalistas, quizás se queden en casa».

7.- Elorriaga revela que, a su juicio, la clave del 9-M está en esta estrategia. «El resultado de las elecciones dependerá del impacto de este mensaje», porque -asegura- los votantes socialistas «son menos disciplinados que los nuestros«.

En resumen, Elorriaga confirma el ideario político recogido en aquel encuentro entre Aznar y Rajoy desvelado por El Club del Tetraedro. Esto nos deja una conclusión evidente: se infiere que el resto de afirmaciones vertidas en este blog de aquel encuentro también son ciertas. Por lo tanto, el hemoatractor, el alargador de penes de los dirigentes del Partido Popular existe, lo lleva Mariano Rajoy y lo llevó en el debate.

Esto explica muchas cosas. Los dos patinazos antes mencionados de Rajoy son achacables a un problema de ajuste en su alargador. Los aparentes «tics» de mirar a la izquierda cada cierto tiempo del señor Rajoy no son tales, sino pequeñas fugas eléctricas de este hemoatractor.

Y claro, si la sangre se concentra mayoritariamente en un punto, el riego al cerebro puede verse terriblemente mermado, algo evidente que pudimos observar el lunes pasado.

¿Llevará el alargador de penes del señor Rajoy para el próximo debate? Lo sabremos si don Mariano se presenta de nuevo al debate lo mismo de hinchado, tieso y crecidito…