El veterano, la tránsfuga, el ej-barón, el suertudo y la guerrista

Alfonso Guerra, el diputado más veterano se sentó en su escaño para seguir el proceso de la nueva investidura del Presidente del Gobierno y, a pesar de ya habían pasado 8 años, no pudo evitar pensar en el 35 Congreso de su partido , aquel al que se habían presentado los siguientes candidatos para ser su Secretario General: la tránsfuga, el ej-barón, la guerrista y el suertudo.

Ocho años después, sólo su candidata, la guerrista, no estaba en el hemiciclo y, el resto (la tránsfuga, el ej-barón y el suertudo) desempeñaban unas funciones que de no haber sido por él, por el veterano, no estarían ocupando hoy día.

Ocho años atrás esto había ocurrido en aquel Congreso en el que se buscaba Secretario General:

José Luis Rodríguez Zapatero, el suertudo, quedó el primero con 414 votos. En realidad el suertudo ganó porque algunos guerristas no votaron a su candidata, la guerrista sino al suertudo porque no querían que ganara el ej-barón. Así que el suertudo en cierta medida ganó porque tuvo suerte, claro. Y porque a fin de cuentas así lo decició el veterano: que salga cualquiera menos el ej-barón. Compañeros: votad al suertudo y que sea lo que Dios quiera. Si el veterano no lo hubiera decidido así, el suertudo no habría sido Secretario General ni candidato a presidente y hoy no estaría en el Hemiciclo como candidato a su segunda presidencia de Gobierno.

José Bono, el ej-barón, quedó el segundo con 405 votos, a muy poquitos votos del suertudo.  En realidad el ej-barón era el favorito para el Congreso. Pero tenía un problema: el veterano no podía permitir que ganara. Y por eso perdió el ej-barón, porque así lo ordenó el veterano a sus huestes: algunos de vosotros no votareis a la guerrista, sino al suertudo porque es el único que puede derrotar al ej-barón. Y así fue. Si el veterano no lo hubiera decidido así, el ej-barón hoy no estaría como Presidente del Congreso, sino probablemente como candidato a la reelección como Presidente del Gobierno.

Rosa Díez, la tránsfuga, quedó la última con 67 votos, a mucha distancia del suertudo y del ej-barón. Si el veterano no hubiera decidido derrotar al ej-barón en aquel Congreso, la tránsfuga hoy no estaría como representante de un nuevo partido, pues los ejes que defiende, la unicidad de España y el exterminio de ETA son los mismos ejes que el ej-barón hubiera defendido y la tránsfuga no habría sentido la necesidad de cambiar de partido.

Matilde Fernández, la guerrista, obtuvo 104 votos, pero nunca sabremos cuántos votos reales habría tenido de no haber sido por la orden de el veterano. A día de hoy, la única ausencia en el Hemiciclo de aquellos cuatro candidatos.

Alfonso Guerra, el veterano, al ver hoy al suertudo, al ej-barón y a la tránsfuga, no pudo evitar echar de menos a la guerrista: la única a la que realmente apoyaba hace ocho años y la única que hoy no le acompañaba. Desde la soledad de su escaño y antes de abandonar el hemiciclo exclamó una de sus atinadas frases: hay que joderse.