Ya saben ustedes que la crisis obliga a correr a gorrazos a los funcionarios públicos, que antes de la crisis eran unos pringados y ahora son unos privilegiados.
Los estereotipos son muy útiles, pues son capaces de transformar una degradación de la calidad educativa (calidad=ratio en las aulas) a una especie de llamada a cumplir un infrahorario en la carga lectiva de los docentes.
El tema es que los estereotipos son estereotipos y la realidad es terca con datos: los profesores españoles dan más horas de clase que la media de sus colegas de la OCDE y los alumnos reciben también más horas de clase que sus iguales.
A mí no me gustan los estereotipos, pero paradójicamente, cada vez tengo más dificultad en responder en las tertulias de bar que los políticos no son unos $%&&/%$.
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