La verdadera historia del traspaso de poder en el Partido Popular

Llegó a casa con la cara lívida. Con la prensa en la mano su mujer le preguntó qué tal la reunión con Aznar. –Bien, creo- respondió don Mariano Rajoy –no te lo vas a creer pero me ha dado… me ha dado la caja azul-. El diario cayó de las manos de su mujer que, con gesto desencajado exclamó –luego entonces, entonces…-, –sí, existe, la caja azul existe– le cortó don Mariano –pero de lo que contiene prefiero, al menos, no hablar por el momento– Con gesto decidido atravesó la estancia, entró en su habitación y cerró la puerta con pestillo. Se sentó, colocó sus cosas sobre la mesa y, solo y conteniendo la respiración, abrió la caja azul.

Tres horas antes había coincidido con Aznar. Iba nervioso a la reunión por las palabras que le había trasladado el ex-presidente: hay algo que te pertenece pero que había custodiado para solventar un fallo de diseño. Fue entonces la primera vez que el bueno de don Mariano pensó que la fábula de la caja azul, la fuente de poder, quizás finalmente fuera cierta.

En el encuentro Aznar, como siempre, tomó la iniciativa:

-Estoy aquí para darte algo que te pertenece como candidato de nuestro partido. Supongo que habrás oído fabulaciones acerca de un extraño objeto que portan nuestros candidatos y que se esconde en una caja azul. Bien, pues aquí está. Te pertenece. Pero antes, debes tener bien presente el modo de usarlo y recordar que el objeto nos ayuda a lograr victorias electorales. Para ello te recuerdo las claves a seguir. En primer lugar, debes recordar que en este pais sólo hay dos partidos políticos: el partido de ZP y el nuestro. Además, los ciudadanos no cambian jamás el sentido de su voto, no malgastes tiempo intentando convencer a gente que nunca nos votará. Lo importante, pues, sólo son dos cosas.

-Por un lado, debemos impedir que los votantes del PSOE voten a su partido. Para ello la estrategia que hemos seguido durante todo este tiempo es la más efectiva: el objetivo es desprestigiar la política. Evidentemente la de ellos, pero también la nuestra. Hablar de corrupción, de ellos o nuestra y conseguir que los ciudadanos piensen que todos los políticos son iguales. Esto nos garantiza que la gente que vota por un ideal deje de hacerlo, lo que significa que el PSOE perderá votos y nosotros apenas estaremos afectados.

-Por otro lado, debemos conseguir que nuestros votantes nos voten. Y aquí es donde entra la caja azul. Dentro encontrarás un dispositivo que se ha demostrado eficaz para fidelizar el voto de nuestros simpatizantes. Lo he custodiado este tiempo porque la última vez que fue usado consiguió el efecto deseado pero también otro perverso: hizo que el electorado de nuestro enemigo también acudiera a votar. Por eso perdimos las elecciones, porque los cuidadanos de izquierdas no dejaron de votar. En todo caso lo he reajustado poniendo un tope en su uso para evitar este efecto pernicioso.

Y entonces ocurrió. Aznar abrió la caja azul. Y dentro, un extraño objeto con forma de aro. Con cara de circunstancia y un cierto rubor, el bueno de don Mariano exclamó –si no fuera porque nunca he visto ninguno, diría que este objeto se parece a un alargador de penes.

–Tienes bueno ojo, Mariano, eso mismo dije yo la primera vez que lo vi. Y no iba del todo desencaminado porque precisamente ahí es donde se coloca. En realidad es un hemoatractor, un dispositivo que atrae la sangre del cuerpo y la concentra en un solo punto. Su uso es muy sencillo. Toda decisión relevante que debas tomar, hazlo con el hemoatractor colocado sobre tu pene. Se ha demostrado que las decisiones que hemos tomado usándolo son las que han logrado fidelizar a nuestro electorado: divorcio, matrimonios gays, Irak, concepto de Estado, ETA, etc.  Y ese es nuestro objetivo. Exponer a nuestros votantes las decisiones en la manera en la que nuestros votantes la aprecian. Y en esto, repito, este objeto ha resultado ser idóneo.

Tres horas después, Mariano, solo y conteniendo la respiración, abrió la caja.